martes, 26 de agosto de 2008

P de M

Normalmente intento no emitir juicios y mas bien me acojo cobardemente a la relatividad (lo reconozco). Pero si hay algo que me carcome el hígado, algo sobre lo que no puedo ser ambigua ni imparcial, ni ligera o easy going es con el abuso y peor aún la violación. Luego de escuchar este testimonio en 4to PODER el domingo, recordé la repulsión que me causan estas situaciones y muchas otras en las que coincidentemente está involucrada la policía, haciendo una de las cosas que al parecer saben hacer mejor: ABUSAR .
Es verdad que el abuso no se limita a ellos, pero también lo es que demasiadas historias de este tipo salen de sus oscuras instituciones. Estoy segura que esta indignación es compartida por muchos y como yo la mal digieren seguida de una impotencia feroz y un recelo hacia la imagen de los “defensores y guardianes de la patria”. En fin cualquier uniformado inspira temor en vez de seguridad.
Es una pena pues obviamente y como en todos lados también entre ellos existen personas ejemplares, íntegras, admirables “normales”, pero justos pagan por pecadores. Este comportamiento de lejos primario, empaña las buenas obras de “los buenos”.
Mi padre fue policía y siento despotricar de esta manera de estos organismos cuya primera intención es defender al país. Pero más allá de los primeros sentimientos de desprecio generados luego de ver el testimonio pienso que, como en todo, alguna solución debe de haber. Puede ser que muchos de estos malos elementos vengan de zonas marginales y arrastren alguna historia que justifique su comportamiento pero sea como sea, lo cierto es que estamos hartos de escuchar como esta gente abusa y luego se protege entre sí, sin el menor ápice de consciencia. Esto además de esa actitud soberbia y esa miradita de superioridad que les infiere al parecer el uniforme y no escatiman en compartir apenas ven que uno necesita de ellos para hacer algún trámite (si no tienes conocidos mejor échate a esperar).
Esto sería lo de menos, pero qué pasa con esta gente, de dónde vienen, qué problemas psicológicos tienen? Los traen de sus familias, de niños, ó los adquieren en los cuarteles ó los intensifican allí? Porque eso sí, mi papá habrá sido muy bueno pero también tenía sus cosas; como trasladar su vida de cuartel al hogar y querer disciplinarnos cual soldados (Gracias mamá por sacarnos de la casa).
Qué necesitan estas personas para estar en paz con ellas mismas, sus familias y la ciudadanía. ¿Terapia? ¿Exhaustivos exámenes psicológicos? ¿Orientación y capacitación en valores y respeto al prójimo?
No sé cómo será la vida para ellos, pero urge hacer algo de lo mencionado ó al menos proponerlo, no sé. ¿O nos quedamos para siempre todos diciendo P de M?

miércoles, 20 de agosto de 2008

DIEGO GUERRA

Recientemente he linqueado el blog de mi primo Diego Guerra; estudiante de 4to año de secundaria e integrante del grupo de música Bazooka. Como buen representante de una familia totalmente antisistema, inconforme y demás bizarra Diego viene repotenciado, recargado y con una determinación envidiable, de la cual sus generaciones anteriores hemos carecido ya sea por miedo, inseguridades y obstáculos externos que ignorantemente se soslayan en el camino. Esto a mi modo de ver augura cambios significativos y proyecta una luz pura que emana desde ya su poder y nos devuelve las esperanzas en una humanidad tan devaluada.
Los invito a que visiten su blog y husmeen por el universo de un gran creador que va cuajándose desde temprana edad y con tanta vehemencia que sé va a sorprendernos mucho más de lo que podemos imaginar.

homenaje a charito y camilicious

En el campo las horas pasan
.........como globos de gas que exhalan
................la densidad de un monstruo llamado tierra y
........la tierra los mira cómo se van
y cómo se van
como se van los venados por esta calle
..........hacia sus árboles con mis ojos
Se llevan mis ojos
...........y en sus miradas la evidencia de este soledad
la inocencia.....¿la inocencia?
............Es un llanto agudo sin dientes
............................................No lo sé
............Un dedo en la boca
............Un sueño desnudo en los párpados
...............................................No lo sé
Tu en blanco y negro a los 18
vestida de organiza ilusionada antes de
...........Antes de los golpes....... no lo sé
Estaba exhausta
buscando entre la maleza algún sol
............Un sol para mis hijos
Ellos no son de aquí
.......... Y tienen hambre de luz – lo siento-
No quise estar sola
Y en este lugar los hombres son sombras
Pierden color con los años
Y sus llantos no son ya canciones agudas ni ojos
..........Camila si tiene ojos
...................Y un gato chusco
en el armario hay 10 frascos de sol
...............................junto a los tarros de leche
.............Hace frío hoy
.....................Tengo frío
Tendré que abrir uno y rezar
..............esperar el verano
Huir al campo disfrazadas de gris
....................................No lo sé

martes, 12 de agosto de 2008

Mujeres que aman demasiado poco


¿Iluminadas ó paranoicas? ¿Qué resultan ser estas mujeres que por razones circunstanciales se habitúan demasiado a la soledad?
Podría decirse que es la única manera de permanecer intacto ó por lo menos medianamente saludable a través de los años y todas esas relaciones, cortas, largas ó permanentes, que de cualquier manera producen algún tipo de malestar. El sosiego solo puede estar garantizado en la relación de la Cenicienta ó alguna de esas bitches, pues por aquí ni los neo príncipes azules permanecen en su condición noble por más de algunos años, siendo optimistas y esto sumado a la cuota de contribución al desgaste que una misma aceptémoslo aporta.
Realmente se bosqueja mucho más prudente un panorama solitario y lo es, puedo confirmarlo por experiencia propia, aunque algunas veces me pregunte por falta de memoria: ¿Por qué era tan buena la tranquilidad? Y alguna ingenua curiosidad me lleve a tantear sobre esos terrenos otra vez. Ningún cataclismo se desata felizmente, y esta especie de mecanismo redentor que va automatizándose con los años, me regresa de rebote al camino correcto.
Reconozco que estos han sido buenos años; sin sobresaltos que excedan mi resistencia emocional, pero...uno nunca esta contento con lo que tiene

martes, 5 de agosto de 2008

una pastillita

Ahora estoy a salvo, en territorio conocido, sintiendo el olor y el calor de la colchita mágica. Hoy el susto fue algo más largo y algo más intimidante que otras veces. No se fue hasta ahora, que llevo ya más de dos horas adentro de la casa, amparada por mi alfombra, mi cama, mi televisor y todas esas cosas que reconozco familiares, las bullas, la fila de hormigas llevándose la comida del gato, las manchas, el desorden, ése que ordeno frenéticamente para desahogarme un poco. Hoy ni siquiera eso fue suficiente, es la segunda o tercera vez que pienso si no habrá alguna pastillita antimiedo para acelerar lo que uno mismo hace para que se le pase, una pastillita inofensiva nomás, nada de fármacos melodramáticos, algo práctico como ir al dentista y sacarte la muela en vez de hacerte la endodoncia, no sé. Es como tener la sensación previa al vómito ó al llanto por 30 minutos seguidos ó algo así, pero no lloras ni vomitas pues porque la cosa no va por ahí. Intenté con un cigarro, pero nada, lo peor de todo es que haya tanta gente en la casa que hasta estando en el baño te perturben con sus voces y además un cigarro en estas circunstancias (niños y no fumadores conviviendo con uno) sólo recrudece esa sensación por el sentimiento de culpa inevitable, al menos para mí, la tonta. Entonces lo apagué, luego probé con agua, tomé dos vasos, luego intenté respirar profundamente, pensar en cosas bonitas, pero el nudo resistía (quizá ni debiera remover ese episodio) Era el tráfico, todos los autos sobre Camino Real a las 7 de la noche, eran hocicos rabiosos que exhibían sus dientes. De cada 10 vehículos 8 eran buses gigantes que crujían sobre la pista y embestían con sus luces directo a la cara, como queriendo entrar en los ojos y traspasar los límites de la percepción. Uno lo sabe imposible pero el temor de ser devorado te retrocede en la vereda unos pasos para luego remecerte con un espasmo vertiginoso. Ya no lo recuerdo y hasta parece no haber existido nunca, pero lo hizo, y estuvo hasta en la voz de Camila, esa presión en el pecho que ni la voz de un hijo alivia, más bien la potencia y la expande en el tejido nervioso del cuerpo hasta llegar a cada terminación. Entonces viene el miedo de no volver del miedo, pues esta especie de descarga o alteración de la energía parecería poder resultar en una interferencia cerebral, no sé. Lo he visto también por las ventanas, siempre cuando es de noche. Evito mirar por las ventanas y acercarme al mar cuando es de noche ó abrir los ojos de un momento a otro en la madrugada solo para percatarme de la inmutable contemplación de la casa, silenciosa y a sus anchas mientras uno vulnerable duerme y no se entera de nada. De repente se vuelve más cómodo dormir con Camila en mi cama de una plaza, lástima que hoy no esté aquí. Lo más parecido a esto quizá sea esa sensación que tiene uno de niño cuando se pierde en lugares muy grandes como playas o centros comerciales; lo peor no es estar perdido si no pensar que nunca más te encontrarán o que dejarán de buscarte y tú no sabrás cómo regresar a casa, no sé.

sábado, 2 de agosto de 2008

anestesiada de televisión y eventos previsibles

No puedo volver, estoy atada de manos, pies ó lo que fuere. No sé quién soy, ni quiero saber. Estoy orbitando comodamente entre la mañana y la noche cual sonámbula repartiendo ocupaciones a las 12 horas de luz, para así agotarme lo suficiente como para no querer indagar en las profundidades de mi ser. Ando por la superficie menos peligrosa de este mundo anestesiada de televisión y eventos previsibles que mantienen mi respiración a un ritmo prudentemente sosegado. Desde aquí los saludo esperando despertar pronto, si es que alguien no me rescata antes
.
como diría emily:
El corazón pide placer primero,
después, ser excusado del dolor
y luego esos pequeños anodinos
que ahogan el sufrimiento.
Y luego ir a dormir
y más tarde, si esa fuera
la voluntad de su Inquisidor
el privilegio de morir